Deseo. Parte 1
DESEO
Parte 1
Por:
Héctor Lizandro Hernández Pérez
Para iniciar el año decidí compartir mi segundo ejercicio de escritura, espero que les guste.
Los panes de la tienda de la esquina...
son extremadamente horribles, todo el pueblo lo sabía y se lo hacían saber a doña Amelia, la cual caía en una tristeza profunda ya que su sueño es ser la mejor panadera del pueblo, como su abuela antes que ella, el único problema presente es su poca habilidad para la repostería.
Su panadería se iría en declive más rápido de lo que se imaginaba, su única salida era un milagro o un deseo, pero ella no cree en esas fantasías de religiosos y de niños, por lo tanto era inevitable su derrota frente a la vida.
Esperando, sentada en la entrada con un Whisky doble en mano y un cigarro en la otra, pensaba en lo decepcionada que debería estar su abuela, por descuidar lo único preciado que tenía en vida.
La oscuridad de la noche cubrió el cielo y la panadería cerraría las puertas, devastada, Amelia preparaba sus cosas para irse y dejar todo atrás. Un segundo después de decir adiós, la pequeña campana sobre la puerta, la que avisa de alguien nuevo, sonó.
Un hombre entró, al juzgar por su vestimenta, se trataba de un forajido. Con un timbre apasionante se presentó.
- Soy Duivel, habitante de tierras cálidas al sur, conocido por muchos, temido por algunos y viajero del mundo o al menos donde me acepten. Amelia ¿Me aceptas?
Con un cuestionable sí, Amelia aceptó a un extraño, sin saber porque, solo lo hizo, como un impulso. Él comenzó a describir su cansancio, el dolor en sus pies era muy fuerte, la espalda muy pesada, su sed y su hambre retumbaban hasta llegar a su alma.
Amelia ayudó a tal extraño hombre, dándole la silla más cómoda, sirviendo el agua más fresca que tenía y por desgracia la único poco comestible es su pan, así que advirtió a Duivel de lo horrible de su sabor.
Avergonzada le dio todo el pan "bueno" que encontró, cuando introdujo un trozo de pan a su boca, inmediatamente los escupió, quería hacerlo de una manera respetuosa, pero el horrible sabor del pan le ganó.
Ella no lo culpó o reclamó, ni siquiera se ofendió, estaba acostumbrada. Después de eso, le ofreció un poco de Whisky, ambos se sentaron a beber y conversar. Amelia sacó sus preguntas para conocer más al individuo, pero él solamente cambiaba de tema evadiendo cada pregunta.
Después de evadir un par, Duivel preguntó acerca de la panadería y Amelia respondió.
- Este lugar perteneció a mi abuela, la cual tuvo que trabajar muchas horas limpiando casas, planchando y cocinando para los más ricos del pueblo, después de muchos años logró abrir su panadería que tanto había deseado de muy pequeña. Por desgracia solo puedo trabajar en ella 5 años ya que falleció por la fiebre.
- Lo siento. Dijo Duivel con tono neutral.
El extraño se acerco a ella y le ofreció un cálido abrazo por soportar ese dolor que carga en el pecho. Estando a brazados susurró a su oído.
- Sería muy hermoso que este lugar que tanto adoras reviviera a su gloria original, Amelia ¿Te gustaría eso? ¿Lo deseas?
- Claro que lo deseo, pero la vida no cambia de la noche a la mañana. Dijo ella de una forma muy tranquila.
Esa fue la primera parte de este texto, espero que sigan con la continuación. Muchas gracias por su tiempo, los quiero mucho.
Atentamente: Lizandro "el Guardián" Hernández
Me gustan mucho tus escritos, ya espero la próxima parte. ⭐
ResponderBorrarOtra historia bastante buena. ¿Cuándo subirás la segunda parte?
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