Sangre


SANGRE

POR:
HÉCTOR LIZANDOR HERNÁNDEZ PÉREZ


El día de hoy les traigo un texto sobre un vampiro, una historia llena de misticismo y sangre.
Es parte de un ejercicio de escritura que estoy haciendo, donde me dan una pequeña frase y de ella, debo escribir una historia, lo que desee. 

Les dejaré esta canción que acabo de escuchar y quedará perfecto con la lectura.
Compositor Franz Gordon, 2019




Sangre
Había una vez un vampiro en la ciudad...
Los callejones estaban cubiertos por un tono rojizo, las paredes y el suelo llenos de sangre, algunos trozos de carne eran encontrados si tenían suerte, todo a partir del anochecer. Nadie en la ciudad estaba seguro, ni la persona con más fuerza, ni la persona con más poder. La criatura nunca estaba satisfecha, el miedo cubría cada calle, cada hogar, cada ser vivo.

Se estableció un toque de queda indefinido al dar las siete de la tarde, los casos de gente vacía seguían apareciendo al amanecer, después de cinco semanas ya no aparecieron más cuerpos, ni siquiera de animales callejeros. La esperanza se recuperó nuevamente, pero el toque continúo, nadie se quejó al respecto.  

Una pesada y oscura noche algo cambió, un silbido se escuchaba por las serenas calles, la frecuencia de su entonación era penetrante para las mascotas que no paraban de retorcerse en el suelo. Los más pequeños lloraban en los hombros de sus padres, sabiendo que el silbido provenida de aquel monstruo,  el hijo de la noche, el amigo del demonio, el rey de las almas, el vampiro.

Con temor y la mano en el pecho, algunos se asomaron por la ventana, en medio de la calle iluminado por los alumbradores, el vampiro caminaba tranquilamente con su silbar, vistiendo de lo más elegante, todo un dandy del mundo antiguo.

Su piel era sumamente pálida, sus ojos rojos como la sangre que drena de su cena, sus colmillos blancos como el alma de un infante y filosos como navajas. Sus seguidores lo consideraban un dios, el purgador de los débiles de este mundo.   

Se detuvo a media calle, mirando a las personas que se asomaban y comenzó a reír, vacío, sin piedad o misericordia a los demás.
Todos se refugiaron nuevamente en sus casas, rezando y esperando a que la pesadilla terminara.

El Vampiro desapareció como el viento y el sol salió un par de horas después. Esa fue la última noche que se supo algo de él, pasaron dos semanas más para que las personas pudieran salir de noche y una más para que volviera todo a la normalidad.

A pesar que ya no estaba, el miedo prevaleció en cada persona, todos vivían con miedo de su regreso, se corrió el rumor que la falta de sangre lo había debilitado y tuvo que caer en un sueño profundo, otros que simplemente se fue a otra ciudad o pueblo a seguir atormentando, pero la verdad que nadie sabía es, que está entre ellos, oliendo el miedo, disfrutándolo, esperando a que todo parezca normal para atacar nuevamente y esta vez nadie quedaría en la ciudad.


Compositor Franz Gordon, 2019



Estaba en cada rincón, mezclado en la multitud, pasando desapercibido, ayudando a los humanos, siendo servicial ante la sociedad, pero siempre implantando una semilla de miedo al lugar al que iba, haciendo sus preguntas que dejaba pensando a cada uno.

¿Estás seguro en tu hogar?
La noche es cruel, ¿tienes la protección que necesitas? 
Las sombras son peligrosas ¿tendrás cuidado? 
¿Estás preparado para cuando "él" regrese? 

Cada persona recordaba las inseguridades de su hogar, la falta de protección e incluso dudaban si había salvación alguna. Todas las preguntas sembraban el miedo, que con el tiempo, misteriosas desapariciones y algunos silbidos en ciertos puntos de la ciudad bajo la luna, germinarían en caos y la desesperación total. Nadie podrá ayudar a esas pobres almas, ni siquiera sus dioses los protegerán. 

Todos estaban condenados a una noche cubierta de rojo, una luna de sangre caería en cuestión de tiempo. Todo era inevitable, nadie estaría preparado y lo peor nadie tendría tiempo para huir de tal sangrienta noche, tan sangrienta como cualquier guerra.

La sangre será consumida y la vida no tendrá lugar en esa ciudad.


Gracias por su tiempo, espero les guste mi texto.
Nos leeremos pronto, si sobreviven al vampiro.

Atentamente: Lizandro "el Guardián" Hernández

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